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Por diseñar castillos sin almenas perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

viernes, 5 de febrero de 2010

Carta a los Reyes (Magos(?))

Att: Baltasar, Gaspar y Melchor;
Después de una prolongada espera (de muchos años)y en vista de que la bicicleta que tanto pedí, no llegó ni llegará nunca, les escribo para decirles que eso ya no me apena.
Está bien así, la falta de ruedas y pedales, de un manillar con bocina incorporada y asiento regulable (incluidos buenos frenos, sumamente necesarios para detener mis avances alocados)…me obligó a procurarme mi propio medio de transporte…pies…y alas…
El tránsito hasta el parque era (y es) bastante peligroso, y teniendo en cuenta mi falta de equilibro (sobretodo emocional) no creo que hubiese llegado muy lejos montada en ella…
Es cierto, lo confieso, que tuve mis momentos de esperanza e ilusión durante muchos 6 de enero, al despertar esperando verla… más lo único que obtuve fue alguna que otra confusión, al descubrir que en cambio lo que me habían traído era; un juego de té o una cocinita con todos sus aparejos, o una jirafa de plástico (¿)… libros…
Llegué a dudar de vuestra coherencia o a sospechar que no entendían mi letra, a pesar del esmero de hacerla clara y legible…
En fin, muchos años después leí que probablemente sus verdaderos nombres no sean Melchor, Gaspar y Baltasar... ¿qué hay de cierto en ello?
Bueno, vayamos ya a la verdadera utilidad de la carta a los Reyes Magos…
Este año quería proponerles, ya que me cansé de usar mis pies…y mis alas… pueden ustedes quedarse con mi bicicleta (que ya me corresponde por derecho) a cambio de uno de sus camellos, prometo cuidarlo mejor que ustedes (cosa bastante fácil) y si algún día me pregunta no les echaré las culpas de sus dolores de piernas, huesos, de sus callos (en las pezuñas?)… y le prestaré mi jirafa de plástico (¿) para sus juegos…
La dirección ya la saben, si “Expedito” (que así se llamará) no cabe en el ascensor, llamen al timbre, yo bajaré y subiré a mi séptimo cielo a tan ansiado regalo.
Sin nada más que decirles, espero… si me hacen desesperar, prometo volverme atea, o agnóstica cuando tenga capacidad de decidir.

                                                                                  Amparo.

P.D: Espero no enseñen esta carta a nadie que la pudiera usar en mi contra, o el agravio será mayor que mi humilde nihilismo.

3 comentarios:

  1. Es muy bueno. La improbabilidad es absolutamente manifiesta, por no decir imposible, pero juraría que, en algún lugar recóndito de mi obtusa mente, lo había leído.
    No te lo tomo prestado para este 6 de enero porque no estaría nada bonito.

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  2. ¿Quién no ha querido una bici alguna vez? (O un camello, en su defecto)..

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  3. Cuando creía en los Reyes Magos
    mi madre me sonreía,
    no había tristeza en el hogar,
    la soledad era algo pasajero.

    Cuando creía en los Reyes Magos
    mi padre me arrebujaba en las sábanas
    a las tántas de la noche,
    mi hermano respiraba a dos metros.

    Cuando creía en los Reyes Magos
    nadie se molestó en decirme
    que el paso del tiempo sería veloz
    y que las hojas secas del recuerdo
    caerían mustias sobre mis hombros.

    DonJosé

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