...

Por diseñar castillos sin almenas perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

martes, 23 de febrero de 2010

Hipnosis

Martes, 10:00 a.m... Ya en el portal de casa, me doy cuenta que olvidé el teléfono móvil arriba. "¿Subo a por él?"-pienso. Decido. Subo. Un mensaje; "No olvides tu cita de hoy". Ni me acordaba de ella y su recuerdo me hizo ponerme nerviosa, hago una llamada... da un tono...dos...tres..(después del tercero siempre me entran ganas de colgar, pero intento clamar a mi paciencia..y espero)...cuatro...
 -¡Anda!..Quién lo iba a decir, Marta sabe que existo..y conoce mi número de teléfono.
 -Déjate de tonterías, Mario, es importante.
 -Dispara...
 -¿Tienes alguna pistola?
 -Era...una forma de hablar, no te tomes todo...tan literalmente..
 -Lo mío no es ninguna forma de hablar...¿Tienes alguna pistola?
 -No creo en las pistolas.
 -Yo tampoco creo en Papá Noel y viene todas las Navidades.
 -Hay cosas que no me gustan....
 -A mi no me gusta ver la sangre correr y la llevo en las venas...¿Tienes o no?
 -No...¿Estás loca?¿para qué quieres una pistola?...¿Estás en casa?
 -Sí...
 -No te muevas, voy hacía allí.
Diez minutos más tarde, Mario llamaba al timbre...
 -Es aburrido ver a alguien entrar en una casa por la puerta (le dije mientras entraba). Es mucho más interesante cuando alguien entra por la ventana.
 -Sí, sobre todo si ese alguien tiene que trepar trece pisos hasta hallar dicha ventana.
 -¿Para qué has venido?...si no tienes lo que busco..
 -¿Me vas a contar para qué necesitas tú una pistola?
 -Te haré un breve resumen...necesito mi tiempo para hacerme con una....¿Te acuerdas de Diego?
 -Sí, claro..tu queridísimo Diego, mira que te avisamos...pero tu ceguera parecía incurable, no me digas que ha vuelto...
 -No, no...y no me sermonees, si hubiera vuelto, posiblemente el que necesitara la pistola sería él. Tiene una deuda importante..con alguien no menos importante y nada pacífico..
 -Ya sabíamos que no tenía ni buena vida, ni buenos amigos, ni buenos contactos..pero..¿qué tienes tú que ver con ello?
 -Supongo que a falta de Diegos que buscar...buenas son Martas. No sé como pero Silvio me encontró y me exige que salde la deuda o.... Bueno, omitiré el "o"..para no herir tu sensibilidad, tengo una cita con él esta noche y o le llevo el dinero "o"....
 -Llama a la policía.
 -Te he llamado a ti, ya sé que la policía sí tiene pistolas, pero no creo que vayan a dejarme alguna.
 -¿Cómo puedes ironizar con esto?
 -Bueno, tengo que irme... Si mañana todavía respiro..recuerda que es mi cumpleaños.
 -No voy a dejarte sola...¿dónde vas?
 -Decidiré sobre la marcha...
Y así fue como tuve a Mario detrás de mi, mientras decidí ir a hacerle una visita a uno de esos no buenos amigos de Diego...
Pero nadie contestó al timbre...así que decidí tirar piedras sobre su ventana...
-¡Estás loca, deja de hacer eso!-rugió mi acompañante.
-¿Hay alguna ley que prohíba tirar piedras?
...Y alguien asomó la cabeza por la ventana...Acto seguido, sin mediar palabra la puerta se abrió.
 -Pasa. Él que espere fuera.
 -Es un amigo.
 -Los amigos de mis clientes no son mis amigos.
 -¿¡Cliente?! (volvía a rugir Mario) ¡¿qué tratos has hecho tú con éste?!
Pero no le contesté, cerré la puerta tras de mi..y no me anduve con rodeos:
 -Necesito una pistola.
 -Tú no serías capaz de apretar el gatillo, y  una pistola no tiene otra utilidad.
 -Que mal vendedor. ¿Cuánto?
 -Toma, Diego dejó esta pagada por si venías a por ella.
Ni quise preguntar, ni mi vendedor estaba por dar explicaciones, cogí aquel frío objeto, lo metí en mi bolso..y salí de allí..
 -¿Qué has hecho?-preguntó Mario nada más verme salir.
 -Ya la tengo.
 -Y...¿ahora?
 -Esperar, supongo...no tengo el dinero, así que no iré a la cita, posiblemete mañana tenga a todos los matones de Silvio dispuestos a efectúar el...."o"... estaré atenta..
 -¿¿Matarás a alguien??
 -¿Matar o morir?, ¿qué elegirías?
 -Vente a mi casa, no te quedes en la tuya.
 -No, no pienso hacer como Diego, no voy a involucrarte en esto...gracias por acompañarme, ahora vete.
 -Déjame acompañarte a casa, comamos juntos y luego te prometo que desaparezco.
 -Vamos...tengo hambre...
Pedimos pizza, mitad carbonara (para mí), mitad barbacoa (para Mario)..
 -El espejo se ha roto- oí que me decía Mario cuando entraba al baño.
 -Ya lo sé. Me gusta así. Así me veo tal y como me siento.
Conseguí deshacerme de él, no sin bastante esfuerzo y a petición suya dejándole una copia de las llaves de mi casa, por si no contestaba que pudiera entrar y comprobar si el "o"...se había cumplido...
 A media tarde, alguien entraba en mi casa, abriendo la puerta con su correspondiente llave, no podía ser nadie más...que Mario..o, en su defecto, Diego...
 -Cabrón... le dije serenamente...
 -Lo siento, Marta, lo siento..tuve que desaparecer, pero he vuelto, no iba a dejar que pasaras por esto.
 -¿Vas a ladrar todo el día, perrito....o vas a morder?
 -¿Tú me desprecias, verdad?
 -Si pensara en ti, te despreciaría.
Y me besó...el muy despreciable, me besó...
-Sólo seré tuya por hipnosis. (le dije)...
Y como siempre, como cada vez, aunque deseara negarme, no lo hice...me hipnotizó..y acabamos revolcados en la cama, en el sofá, en el suelo....
Las 23:30 p.m... en media hora debía producirse la cita... Diego se vestía deprisa, ni se peinó su largo cabello antes de sacar de mi bolso aquel objeto que quizá yo no hubiera sido capaz de utilizar y dirigirse hacía la puerta...desde allí me dijo...
 -Adiós, pequeña...y...Felicidades.
 -¿No vendrás mañana a traerme un regalo?
 -Es lo que desearía...
Y al girarse para marchar...algo impactó en su cara, exactamente, el puño de Mario, que corrió hacia mi y abrazándome me preguntó:
 -¿Estás bien?
Sin contestarle, corrí en busca de Diego, que no respondió al ataque...y lo vi correr escaleras abajo.. Volví a entrar y cerré la puerta, Mario estaba fuera de sí, vio mi ropa repartida por la casa y debió hacerse una idea de lo ocurrido.. pero no hablaba... "¿Hay algo más elocuente que el silencio?"(pensé).
Sin mediar palabra yo tampoco, me dispuse a recoger aquel caos... me incomodaba aquel silencio...
 -Mario...
Mario seguía sentado en el sofá..con la mirada perdida...sin contestar...
 -Mario...¿tan profundamente me desprecias?
Al fin contestó:
 -No, me desprecio a mi mismo.
 -¿Por qué?
 -Por haberme permitido amarte...
 -Nadie te pidió que sufrieras...fue cosa tuya.
 -Eres la persona más cruel que haya conocido jamás..
Dejó las llaves que le había prestado sobre la mesa y se dirigió a la puerta, antes de cerrar se despidió:
-Hasta nunca.
Y dió un portazo.
Abrí..
 -Mario...
 -No quiero oir nada..
Pero sí debía querer..porque no siguió bajando las escaleras...
 -Cualquier día de estos me enamoro de ti, pero tranquilo, todavía me caes demasiado bien como para hacerte esa putada.
 -Nunca olvido una cara, pero contigo voy a hacer una excepción.
Y ahora sí...siguió bajando.
Al contrario de lo que pudiera parecer, dormí toda la noche..sin sueños que perturbaran mi descanso, hasta que me despertó un roce en los labios...Diego..Eran las 17:00 p.m.
 -¿Dónde estabas esta mañana?- preguntó.
 -No lo recuerdo, hace demasiado tiempo.
 -¿Qué harás esta noche?
 -Nunca hago planes con tanta antelación...¿Y mi regalo?
 -Mi presencia es tu regalo.
 -¿Tienes la factura?

4 comentarios:

  1. Empecé a leer su blog en orden cronológico creciente, sin prisas, de vez en cuando, con la intención de ir poniendo comentarios, al hilo o con deshilachos.
    Es usted una gran escritora, estimada Jo.

    DonJosé

    ResponderEliminar
  2. Espero(egoístamente), Don José, que eso lo diga usted sabiendo que algunos de los escritos aquí expuestos, no salieron de "mí", aunque sienta que hablen de mí..

    ResponderEliminar
  3. Bueno, aunque usted no sea la creadora de algunos escritos está claro que los hace prácticamente suyos al involucrarse en el contenido de ellos.

    DonJosé

    ResponderEliminar
  4. Este, por ejemplo, es mío... pero apropiándome de "frases de cine"..
    Un humilde homenaje a algunas de ellas..

    ResponderEliminar