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Por diseñar castillos sin almenas perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

lunes, 4 de julio de 2011

Noche de insomnio

Estaba solo, completamente solo,
incluso el sueño nocturno me había abandonado...
De pronto, me pareció oír no unas palabras, si no unos sonidos,
unos sonidos siempre en tres suspiros.
Como viento y harina...
"¿Qué puede ser? ¡No hay tiempo que perder!", mascullé,
y enderezándome el cabello con un trago de vino
me puse en pie y, desnudo, palpé en la oscuridad
y un momento después la negra fiebre de mi mano
abría el armario... En su interior las polillas agitaban los trajes...
Soy más mortal que mi cuerpo...
                                                                                 (Vladimir Holan)

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