...

Por diseñar castillos sin almenas perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Tokio blues

-(...) Pero ahora busco la perfección. Por eso es tan difícil.


-¿Un amor perfecto?

-¡No, hombre! No pido tanto.Lo que quiero es simple egoísmo. Un egoísmo perfecto. Por ejemplo: te digo que quiero un pastel de fresa, y entonces tú lo dejas todo y vas a comprármelo. Vuelves jadeando y me lo ofreces. "Toma, Midori. Tu pastel de fresa", me dices. Y te suelto: "¡Ya se me han quitado las ganas de comérmelo!".Y lo arrojo por la ventana. Eso es lo que yo quiero.

-No creo que eso sea el amor -le dije con semblante atónito.

-Sí tiene que ver. Pero tú no lo sabes -replicó Midori-. Para las chicas, a veces esto tiene una gran importancia.

-¿Arrojar pasteles de fresa por la ventana?

-Sí. Y yo quiero que mi novio me diga lo siguiente: "Ha sido culpa mía. Tendría que haber supuesto que se te quitarían las ganas de comer pastel de fresa. Soy un estúpido, un insensible. Iré a comprarte otra cosa para que me perdones. ¿Qué te apetece? ¿Mousse de chocolate? ¿Tarta de queso?".



-¿Y qué sucedería a continuación?

-Pues que yo a una persona que hiciera esto por mí la querría mucho.

-A mí me parece un desatino.

-Yo creo que el amor es eso. Pero nadie me comprende. (...)


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario