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Por diseñar castillos sin almenas perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Confirmo la teoría que confirma
tu subsistencia..
(y es que estamos ya de vuelta...
a otro septiembre)..

Las calles de tu ciudad,
donde nunca paseabas
se reconstruyen...
pero ya no subsisten..

Tu intranquilidad fue contagiosa
(o hereditaria)..

Y todo empieza..
persiguiendo constantemente
tus pasos de pobre niño huérfano,
perdido y empeñado
en identificar errores
y declarame culpable..

Y todo termina...
persiguiéndote..
perdida y empeñada
en declararme culpable
de todo aquel desorden..

Aunque ya nada vaya a parecerse...
a nada
de lo que nunca fuimos..
Aunque después de muchos septiembres
aún queden en el recuerdo
los domingos de la niña despidiéndose
de una radio...
(ruido de fondo de retransimisones deportivas..)
¿Me oías?

Y creo que me convencí ya..
de que en todo aquello existió algo de renuncia..
y que justo ahí
es donde yo me escondo
o mejor,
justo ahí..
es por donde decidí huir
sin tener muy claro si de mí
o de tí..

Porque me empeño en perseguirme
pensando que si me alcanzo...
llegaré a ti..
a la ausencia que fuiste..

A la tristeza de la niña que cada domingo..
pegaba la cara al cristal del autobús
deseando que no se hubiera inventado...
la radio..

Y aunque ya nada vaya a parecerse...
a nada
de lo que nunca fuimos..
Confirmo la teoría que confirma
tu subsistencia..

Y mi extinción..

(La culpa que más pesa es la de tus renuncias)

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