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Por diseñar castillos sin almenas perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

miércoles, 17 de abril de 2013

Lo siento...
Sigue tibia la paciencia aguardando la mueca definitiva, la resolución de impacto, la apertura de puertas como en el primer día de rebajas, el querer tenerlo todo sin pagar un alto precio, el pistoletazo de salida,  la llegada a la meta sin rival, el relevo de tus ganas...
La impaciencia convertida en don...

Me queda..
-Un cúmulo de nadas (con sus dudas).
-En la cabeza recuerdos que ya no parecen torturar más noches que las mías.
-Los besos que nos dimos, que duelen menos que aquellos otros que no.
-Aquel paraguas dolorosamente rosa que desapareció artísticamente sin resguardarme del aguacero.
-Algún rincón de esta ciudad que ahora me pesa.
-Las vieiras con foie.
-La mala noche.
-El peor despertar.
-El quedarme encerrada en el hueco entre dos puertas.
-El no saber molestar...
-La grieta en el techo que gotea tu nombre, que sigue intacta (ni se agranda ni la cubro).
-Y la impaciencia.

Perdí mi Viaje al fin de la noche, encontrándome Extranjero en ella...

N.V. por la paz mundial no me salvó del último reproche.
Yo soy así.
Yo era así.
Tú lo sabías.

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