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Por diseñar castillos sin almenas perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

martes, 1 de abril de 2014

El sospechoso

Cerró la puerta con llave. Miró hacia atrás con desconfianza
y se guardó la llave en el bolsillo. Le detuvieron en esa postura.
Le maltrataron durante meses. Hasta que una noche confesó
(y quedó demostrado) que la llave y la casa
eran suyas. Pero nadie pudo entender
por qué había escondido su llave. De modo que
a pesar de habérsele declarado inocente, siguió siendo
                                                           
sospechoso para todos.


(Yannis Ritsos)

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