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Por diseñar castillos sin almenas perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Hay llamadas que desmontan esperanzas.
Lo sé, tu desesperanza fue mía también.
Pero esta vez no vamos a rendirnos.
No te rindas, que no estás sola.
Quizá quien más desearas que estuvieras no está.
Pero quedamos más.

No te rindas pequeña, que aún estamos a tiempos de abrazarnos, aún estás a tiempo de abrazar a la vida, de aceptar tus sombras, liberar el lastre y retomar el vuelo.

No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños y volar.

No te rindas, por favor, no cedas, aunque la quimio queme, aunque el miedo muerda, aunque no te lleguen los "Soles"...

No te rindas, porque la vida es tuya, lo noto en tu voz en tus días buenos.
Hoy no escuches a quien te reproche hechos pasados.
Hoy no importan..
y a quien le importen es que no importa...


Volaremos... otra vez...

lunes, 1 de septiembre de 2014



                                                                                 -Donde el silencio se puede tocar y morder. (N.V.)

Tengo miles de hojas
empapadas con la otra mitad de la tinta
que le falta a tu modo de quererme
-siempre a medias-.

Los dedos que intentan escribir rígidos por el frío
de la soledad,
morados los labios,
tiritando las uñas
y agrietados los ojos
y es que del otoño que empieza sólo me quedo
con las hojas que caerán
sobre las que escribirte
en mi perenne invierno.

Las estaciones asoman, saludan y se van
sin la música a otra parte
y dejan canciones que sin haber escuchado
contigo hablan de ti.

Y las páginas deberían aprender a temblar
para seguir el ritmo de mi caligrafía
cuando te escribo.

No tener libertad es también mirar una jaula
cerrada
a la que quieres entrar
pero que una vez abriste y el pájaro al que querías
acompañar
echó a volar
soñando con flores inmortales.

Y sólo esta vez diré
que voy a seguir aquí contigo
aún cuando te hayas ido...
Con esto quiero decir
que aunque esté en cualquier parte
huyendo de ti
jamás dejaré de intentar que vuelvas.



Y ahora...
puedes llamarme egoísta.



Agua salvaje

los dientes hambrientos del ojo
cubiertos de hollín de seda
abiertos a la lluvia
todo el año
el agua desnuda
oscurece el sudor de la frente de la noche
el ojo está encerrado en un triángulo

el ojo a velocidad reducida
mastica fragmentos de sueño
mastica dientes de sol, dientes cargados de sueño

el ruido ordenado en la periferia del resplandor
es un ángel
que sirve de cerradura a la seguridad de la
canción
una pipa que se fuma en el compartimento de
fumadores
en su carne los gritos se filtran por los nervios
que conducen la lluvia y sus dibujos
las mujeres lo usan a modo de collar
y despierta la alegría de los astrónomos

todos lo toman por un juego de pliegues marinos
aterciopelado por el calor y el insomnio que lo
colora

su ojo se abre sólo para el mío
no hay nadie sino yo que tenga miedo cuando lo
mira
y me deja en estado de respetuoso sufrimiento
allí donde los músculos de su vientre y de sus
piernas inflexibles
se encuentran en un soplido animal de hálito
salino
aparto con pudor las formaciones nubosas y su
meta
carne inexplorada que bruñen y suavizan las
aguas más sutiles.

   -Tristan Tzara-