...

Por diseñar castillos sin almenas perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

viernes, 15 de enero de 2016

Yo creí devorar el desequilibrio.

Creí conducir nuestra obscena soberbia
hasta que el miedo nos detuviera o nos hiciera derrapar.

Pero nadie podrá salvarnos.
No,
nadie
podrá.


Moriremos al ponerse el desencanto.