-¿Qué hacemos aquí, Pablo?
-Nos rebajamos a vivir.
-¿Tienes idea de lo que es podrirse por dentro?... vomité flores amarillas, mandé callar al color blanco, quise envenarme con jarabe de fresa. La tristeza es un ácido... Pero fuiste bueno para mí...
-Sólo logré que mi gato te besara... y te llené la habitación de globos.
-Y nuestros globos efectauron un suicidio colectivo, aún guardo pedazos en los bolsillos...
-Estar alejado de ti me provoca náuseas.
-Dime..si puedo hacerlo mejor...¿cómo puedo dejar de golpear nuestros vínculos? ¿El amor es programable?
-No; el amor prohíbe el paso a toda persona ajena a la empresa. No contesta al teléfono. Pero sirve de excusa para el suicidio. Deja de llorar palabras, las lágrimas limpian, igual..si derramaras alguna, podrías verme...volviendo a inflar globos...
(Y Pablo....acercó sus dedos a los ojos de ella, introduciéndolos de golpe. Sin miramientos y sin piedad. Y es que...la quería tanto...tanto).
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