...

Por diseñar castillos sin almenas perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Desde que la falsedad
quiso abrir mis ojos,
desde que escupí
al suelo, y no al cielo,
harta de tanto cinismo.

Desde que el niño inocente
dejó de ser el niño
sin reconocer su culpabilidad,
sin pedir perdón.

Desde que no hay baldosas amarillas,
sólo aceras grises,
desde que la búsqueda (que no se me encomendó a mí)
de la flor que no se marchita
resultó infructuosa...

Desde que el brillo de la hipocresía
dañó mis ojos abiertos...
Ya sólo admiro...
el silencio y la soledad.




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