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Por diseñar castillos sin almenas perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Cuento sin hadas

Asomada a la ventana ve acercarse un caballo negro con un jinete blanco. Se para en la puerta de su casa. Desciende del negro corcel un valiente caballero, alto, rubio y con los ojos azul cielo despejado. Suena el timbre al mismo tiempo que el valiente jinete alto y rubio levanta una mano en dirección al número que hace sonar la campanilla de su hogar (dulce hogar), en la otra mano, un ramo de flores que no se marchitan.
Abre la puerta... y descubre que el valiente jinete no era tan blanco...

-Hola, soy el Príncipe Azul. Vengo a liberarte del Ogro con el que subsistes. Vengo a llevarte muy lejos de aquí, tan lejos que se puede ser feliz... Y tú serás mi Princesa..

Y ella... no podía creerlo. ¿Quién no sueña con la llegada de un Príncipe Azul con Caballo Negro que no permitiera que existieran Feos Ogros ni  Malvadas Brujas con escobas como armas dentro de su cuento?... Y ahora estaba allí, en su castillo derruido, blandiendo como espada la flor (que no se marchita).

-Perdón, Príncipe Azul, creo que le dieron mal la dirección. No hay Ogros aquí. Y yo subsisto de mí...y conmigo.

Volvió a sonar el timbre. Pero el Príncipe Azul, a su entrada, no había cerrado la puerta de mi amarga morada.
Y apareció...

-Hola, soy el Feo Ogro. Me manda la Malvada Bruja, amenazándome con su escoba, para que te libere de el Príncipe Azul. Nos quedaremos a vivir aquí. Sé que no soy Azul, ni rubio, ni tengo los ojos color azul cielo (despejado). Sé que no soy muy agradable y que puedo ser bastante gruñón. Y...
sólo tengo una promesa; Prometo no desteñir...

Se dirigió a la cocina, abrió un grifo, llenó un cubo de agua y lo lanzó al flamante Príncipe... que dejó de ser Azul..

-Puede que ya no sea azul -comenzó a hablar el Príncipe blanco- pero sigo siendo Príncipe y las flores que traigo no marchitarán jamás mientras seas mi Princesa...

-¿Sabes, Príncipe? Me cansé de esperarte. Y...¿quién dice que yo quiera conformarme con ser princesa? Yo quiero ser la Reina (de mi casa)...
Prefiero el amor de un Feo Ogro que, aunque pueda marchitarse, nunca llegue a desteñir...
Y es que... yo nunca tuve alma de Princesa...

El Príncipe Blanco tiró el ramo de flores (ya marchitas) llamó a su Caballo que apareció chorreando gotas negras y no dejó de llorar hasta convertirse en Blanco, se acercó a las flores con intención de comérselas y vomitó...

Cuando marcharon, el Ogro volvió a llenar el cubo de agua para recoger los residuos de la visita... Y ya nunca el agua volvió a ser incolora..


Y las flores marchitas resultaron ser más hermosas en manos de el Feo Ogro...
Y vivieron felices en un suelo permanentemente Azul producto del desteñimiento de un Príncipe..


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