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Por diseñar castillos sin almenas perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

jueves, 14 de febrero de 2013

Desventuras de una "paciente"

Después de la insistencia de algún amigo y familiares, la chica que parecía tener alergia a las consultas médicas se decidió, por fin, a pedir cita...
No se despertó esa mañana nada bien, así que optó por en vez de bajar directamente a pedir cita... solicitarla por teléfono, pensando que al final tendría que salir, ya que le pondrían aquella musiquita que debió creer quien la eligió que serviría para amansar al fiero enfermo mientras esperaba respuesta, pero bueno... por intentarlo...
Increíble... contestaron;
-Centro de salud Azucena, ¿dígame?
-Buenos días, quería pedir cita...
-Dígame su número de SIP.
(La chica alérgica a las consultas médicas lo da.)
-¡Qué raro! ¿Me lo puede volver a repetir?
(La chica alérgica a las consultas médicas lo repite.)
Y así... hasta tres veces.
Al tercer intento fallido la amable señorita (luego resultó no ser tan señorita) le dice que sale como dada de baja y como "desplazada"..
-¿Ha vivido fuera de Valencia? -le pregunta.
-No, además, siempre he tenido la consulta en ese centro desde que lo abrieron..
-A ver, voy a probar desde otro sitio, vuelva a repetirme el SIP..
(La chica alérgica a las consultas médicas lo repite ya casi de memoria)...
-Esto sí que es raro... aquí si me dice que está dada de alta y en activo. Voy a probar otra vez a solicitar la cita...
(La chica alérgica a las consultas médicas espera.)
-No me deja, desde la página de las citas me dice otra vez que está dada de baja.. A ver... Aquí dice que no está empadronada..
(La chica alérgica a las consultas médicas le explica que (y por qué) eso es imposible.)
-Pues yo no le puedo dar cita hasta que no nos traiga el padrón...
(La chica alérgica a las consultas médicas despotricó un poco, le dio las gracias, colgó el teléfono y se dispuso a bajar.)

Mientras se daba una ducha pensaba que resultaba irónico el resistirse siempre a ir al médico y que una de las pocas veces que al final se decide... le iban a negar ese derecho...

Llega y expone el caso, dice que acaba de llamar y cuenta la historia...
Le vueleven a pedir el SIP, claro...
Entrega la tarjetita de plástico... y vuelta a empezar...
Resumiré el cúmulo de incapacidades y errores;
Resulta que a la chica alérgica a las consultas médicas alguien le había creado dos tarjetas (con dos números diferentes) SIP, la señorita (diferente a la que le había atendido al teléfono) consultó en el INSS a ver dónde estaba empadronada y si se podía solucionar algo (despues de que se le colgara unas cuántas veces la página y tuviera que volver a empezar)...
Segunda sorpresa...
La chica alérgica a las consultas médicas no estaba empadronada en ningún sitio...
Tercera sorpresa...
La señorita con bata blanca cómodamente sentada en una silla le pregunta a la chica alérgica a las consultas médicas, agotada ya, febril, desesperada por una vez en su vida porque le atendiera alguien con la carrera de medicina y le dijera que coño (con perdón) le pasaba...... le pregunta si es pensionista...
La chica empieza ya a pensar que todo eso es surrealista, que seguro que en su estado febril eso no es más que un sueño, que en nada se despertará, repetirá la operación de descolgar el teléfono para solicitar la cita... y se la darán, puesto que a pesar de su alergia, ya le han atendido alguna vez en esa consulta...
La saca de sus pensamientos la voz de la señorita, para...
Cuarta sorpresa...
-¡Ah! En la página del INSS sales como beneficiaria de la cartilla de... (y dice el nombre del padre de la chica alérgica)
-¡Pero si llevo trabajando y con cartilla propia desde los 18 años! Y mi padre.... lleva ya unos cuantos años sin que nadie se pueda beneficiar de él...

La señorita de la bata blanca al final, más por quitarse el problema de encima que por intención de ayudar (esas cosas se notan), le dice que le va a crear una tarjeta provisional para que la puedan atender, pero que en cuanto tuviera el padrón lo entregara allí...y de paso le llevara alguna nómina...
Le entrega el "flamante pasaporte" que le da derecho a algo que ella sabe de sobra que tiene y tira (la señorita de la bata blanca) la antigüa tarjetita que llevaba ya acompáñandola desde aquel año en que se suponía que iba a ser catastrófico (el efecto dos mil -le decían-) a la basura..
-¿Por qué tira la tarjeta?
-Porque no sirve.
-Bien, pues si no sirve, la inutiliza y me la entrega, como hacen con el DNI..
-Pero si no tiene ningún valor.
-¿Y el valor sentimental? Le cogí cariño..
-Déjese de tonterías. Tiene cita a las 12 hoy mismo, le he puesto su antigua médica..
-Bien, pero haga el favor de darme la tarjeta, que con todos los errores que se han cometido conmigo digo yo que eso me servirá si me hace falta. Vamos, que no destruya usted pruebas de errores ajenos a mí..
Se encendió... Pero metió la mano en la basura, le hizo un corte a la tarjeta y se la entregó, pero no sin mantener esa boquita pintada cerrada..
-Tendría usted que darme las gracias porque le he hecho la tarjeta sin que me traiga las acreditaciones oportunas...
Ahora la que se encendió fue la chica alérgica a las consultas médicas y por segunda vez en un mismo día...despotricó..

Pero aún no había acabado la aventura...
Llega la hora de la consulta, se dirige a la puerta, no hay nadie y con nadie se refiere a pacientes, cuando recuerda las pocas veces que ha ido o las veces que ha acompañado a alguien tener que esperar más allá de la hora establecida (ella y el resto de pacientes impacientes)...
Se abre la puerta, como no hay nadie más la doctora le dice que pase...
-¿Eres María?
Empieza a pensar que va a salir de allí, además de necesitando un médico, necesitando un psicólogo especializado en crisis de identidad...
-No... y da sus datos.
-¡Uy! ¿Por qué me sale aquí que a ti te corresponde el centro de Economista Gay?
La chica alérgica a las consultas médicas está a punto de volver a despotricar por tercera vez... La médica debe notar algo y amablemente le dice que no se preocupe, que ella la va a atender igual, pero que eso tiene que arreglarlo..
-Sí, sí.. ya lo arreglaré, ahora sólo quiero saber qué me pasa y si se me puede.... pasar..
Expone los hechos (de su malestar) y de paso le dice que le resulta increíble todo aquello, puesto que ella ya ha estado allí y ella (la médica) ya le ha visitado en alguna ocasión, pocas, pero alguna ha habido...
La médica vuelve a consultar el ordenador, gira la pantalla y le dice...
-Pues mira, éste es tu historial médico.
Quinta sorpresa...
Está en blanco...
-Blanco como su bata, -responde ella- pero seguro que su bata alguna vez ha sufrido alguna mancha... y la lavadora la borró..
-¿Qué estás queriendo decir?
-¿Me haría usted un favor?
-Dime.
-En vez de ese número de SIP, ¿puede probar con éste? -y le entrega la tarjetita cortada..
-Esa tarjeta ya no vale.
-Ya, pero puede introducir el número y ver qué pasa, ¿no?
Para sorpresa de la chica alérgica a las consultas médicas... accede.
Nota la incomodidad de la médica con la bata impoluta...
Su historial médico ya está manchado..
Como la In-Seguridad Social...


Y no, esto no fue una mal sueño de la chica alérgica a las consultas médicas...
Aún le queda arreglar la ineptutud ajena...
Esperemos que no de para otra entrada en el blog..

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