Hoy...
parece que sigas vivo.
Con su mayoria,
aunque ya no absoluta,
a golpes de medidas,
de reformas que nos llevan a otros tiempos.
Hoy...
sigues vivo en la reserva,
en ese silencio ejecutor
que quiere olvidar y callar
a las cunetas.
En esta falta de libertad,
en los castigos por no callar,
en algunos indultos
y en algunas carreras truncadas.
Hoy...
sigues vivo
en muchos vástagos de la estupidez
que te veneran en silencio
y a escondidas.
Y en los que siguen llamando
a aquella plaza
La plaza del caudillo.
Y no,
no es que celebre tu muerte,
ahora que parece que sigas entre los vivos...
sólo es que a veces fantaseo
con la idea...
de que nunca hubieras nacido...
Y de que yo hubiera conocido a mi abuelo.
Hay heridas que no se cierran en silencio.
Jopelines.
ResponderEliminarMe encanta, y quizá no debiera.
Rafa Poverello