Recuerdo que los veranos antes... eran lo mejor de mi vida.
Ahora, no tanto.
Las vacaciones están sobrevaloradas y ya no tengo oportunidad de dejar asignaturas pendientes para septiembre.
En verano, siempre ocurre...que no ocurre nada, que a esta ciudad le faltan calles de ida y vuelta..y le sobran sastrerías, que los periódicos son más flacos en agosto..y aún así, siguen contando y costando lo mismo...
Ocurre que ya no reconozco el barrio de mi niñez...y me apena.
Hay muchas cosas que han cambiado. En los cines hay mil salas, y cuesta encontrar la número trece, que es la única en la que dan algo digno. Han ensanchado tanto las aceras que puedes perderte en ellas, han remodelado torres y teatros...y ya no me gusta el olor de los bares.
Ocurre que ya nadie me habla en valenciano..y quién lo hace...me suena a catalán(tu valenciano, sonaba a valenciano). Y ya no hay quién me diga el número de habitantes de cierto pueblo que no aparece en los mapas, que no tengo a quién robarle tabaco a escondidas... que ya puedo comprarlo.
Nadie dejaba las calles como tú, nadie cargaba como tú, nadie juntaba papeles tricolores("blanco, azul y rosa..mira los números") como tú..
Y ahora sé... que el verdugo tenía más de víctima que de verdugo, y que la víctima...padecía victimismo...y eso aún no hay quién lo cure.
Al fin y al cabo, tú me enseñaste a llorar...( y no sabes cuánto te lo agradezco)
Y ya no se puede cantar en la playa, ni comer, ni beber...ni fumar. ¿Para qué ir? No hay escondites allí donde saltarse las leyes..
El año que viene, en verano...iré a una ciudad fría.. (Prometido)
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